14/01/2016 by marioregueira

Los mejores libros (gallegos) de 2015

Las listas de “mejores” libros son lo que son: personales, incompletas, y forzosamente subjetivas. A pesar de eso, mi decisión de participar en ellas viene dada porque creo que siguen teniendo alguna utilidad, aunque sea para ayudar a otras personas a escoger un libro o a no escogerlo en absoluto. Lo primero que habíamos debido aclarar es que, por suerte, es imposible leer toda la producción anual en lengua gallega. No la he leído, pero sí que es cierto que, incluso en un año con tan poco tiempo para la lectura recreativa como fue este 2015, he dado cuenta de una parte importante de ella. Y de los libros leídos destacaría tres. Quizás los mejores. Quizás no. Si tenéis que leer sólo tres libros editados en 2015, yo recomendaría que leáis estos. Y si tenéis que llevar tres libros la una isla desierta… Yo os recomendaría que no llevéis libros la una isla desierta. Llevad una caña de pescar. O una zodiac para poder volver.

Detalle da portada de Cabalos e lobos

Cabalos e lobos, de Fran P. Lorenzo (Edicións Xerais).

No sólo la que considero la mejor novela de este año, sino también una de las más destacadas del último lustro de la literatura gallega. Con una ambientación viguesa que supera la vigo-exploitation que comienza a campar en nuestras letras y rescata las verdaderas entrañas de la ciudad, su memoria obrera y combatiente, sus historias personales, a veces tan importantes como esa historia colectiva, o por lo menos así consigue el autor que las veamos. Una obra con un inicio espectacular y un ritmo absolutamente envidiable que consigue sumergirnos en una historia en la que el paso de las guerras y de la represión franquista enmascara un pasado familiar que iremos descubriendo poco a poco.

Seique, de Susana Sánchez Arins (Através)

Confieso que cada vez me cuesta más entusiasmarme con la poesía. Y puede que el mejor ejemplo sea que, de todos los libros del género, mi elección es Seique, que no es poesía, aunque tampoco es exactamente narrativa breve y definitivamente no es narrativa larga. Finjamos que es poesía por estar escrito por una poeta o porque las cosas que no sabemos calificar en esa fluencia de los géneros literarios son casi siempre poesía. Seique aborda las cuestiones de la memoria y del legado de la guerra civil española de una forma completamente innovadora para la literatura gallega. Tomando cómo punto de partida la participación de uno de sus familiares en la represión franquista, la autora consigue evocar esa compleja posición y hablar de la dificultad de construir narrativas sobre el trauma y de la relación entre la violencia intra-familiar y la violencia política, quizás dos caras de la misma moneda.

Marxes e centros. Para unha socioloxía do campo cultural, de Antón Figueroa (Laiovento).

Marxes e centros

Un amigo me decía hace poco que, si yo era bourdieano, era por ser previamente, y de forma mucho más intensa, figueroano. Tiene parte de razón y nunca he negado que Antón Figueroa ha sido uno de los maestros más excepcionales que tuve la fortuna de encontrar en mi trayectoria académica. Este libro recopila una parte importante de sus artículos de los últimos años, la mayor parte de ellos referidos coherentemente a una perspectiva sociológica sobre el desarrollo de las culturas, y especificamente de culturas periféricas o subalternas como la gallega. Sin embargo, el volumen también es interesante por contar con una entrevista final realizada por los editores al autor y que, por las pocas veces que Figueroa ha hablado de sí mismo en estos años, resulta una joya que ayuda también a conocer mejor una de las mentes más preclaras que han dado los estudios literarios gallegos.

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