Racimos y manzanas
Soy el damasceno y sí abrieran mi cuerpo / brotarían de dentro racimos y manzanas. Pocos versos podrían definir mejor el espíritu de Los ritos de los sentidos que estos del poeta sirio Nizar Qabbani, uno de los grandes nombres de la poesía árabe y que no podría faltar en ninguna de sus antologías. El volumen que nos ofrece el equipo formado por Jaouad Elouafi, Bahi Takkouche, Manuela Palacios y Arturo Casas se caracteriza por no huir de elementos que en ocasiones podrían ser tomados como lugares comunes con cierto resabio orientalista. La cultura árabe como un desbordamiento de la sensualidad, como una fuente de evocación llena de olores a fruta y especias y donde las pasiones corren desbocadas, es presentada en muchos de los poemas del libro sin mayores complejos. Sin duda la intención editorial acompaña esta perspectiva, y por ello Los ritos de los sentidos es un volumen de gran tamaño, apaisado y enormemente vistoso que cuenta además con el arte caligráfico de Hachemi Mokrane como un elemento que compite en protagonismo con las propias transcripciones convencionales de los versos y sus letras de molde latinas o árabes.
Y sin embargo, como no podría ser de otra forma en un trabajo que cuenta con la participación de personas como Manuela Palacios y Arturo Casas, la perspectiva es mucho más amplia y los propios sentidos, con su sensualidad adyacente, encuentran también motivos para el discurso diverso y las posibilidades subversivas. Así, sorprende el marco temporal amplio, en el que la poesía sufí de entre los siglos VIII y XIII convive con poetas del siglo XX y de la actualidad. También el hecho de que en la primera se incluya una mujer, Rábi’a Al-Adawiya, no por acaso una figura que sirve de puente entre la filosofía mística y los primeros cuestionamientos sobre el papel de la mujer en la sociedad. Quizá Al-Adawiya sea la primera de una corriente de poesía femenina continuada por otras autoras contemporáneas presentes en el libro, como la saudí Fawziya Abu-Jálid, capaz de sellar la paz en sus versos entre las serpientes edénicas y las mujeres. Junto a esta perspectiva, Los ritos de los sentidos recoge también su propio inventario del exilio. Los conflictos nacionales y el dolor de la separación vibran en la simple mención de nombres como el del palestino Mahmud Darwish, pero también en los versos del kurdo Buland Al-Haidari o del iraquí Ahmad Matar. Diversidades que también son geográficas y marcan el continuum cultural entre las tierras más alejadas del Oriente y el próximo Magreb.
Un volumen que responde a la evocación y al estímulo visual que muchas personas buscarán entre sus páginas, pero que también tiene la gran virtud de contener tanta diversidad y miradas alternativas como para hacer reventar sus costuras. Sin duda de ellas brotarán racimos y manzanas, también pasiones que rebelan las entrañas de las amantes contra sí mismas y el constante amor a la identidad que, como canta Qabbani puede resumirse en su misma sencillez: Aquí están mis raíces, aquí mi corazón, aquí mi lengua / ¿debo hablar más claro? ¿acaso necesita el amor explicación?